Las decisiones sobre la fabricación se tratan por los directivos como asunto para ser delegado a especialistas
 situados a niveles inferiores en la organización de la empresa. Para estos directivos, la disyuntiva entre un 
aumento de la eficiencia y la flexibilidad les ha inclinado preferentemente a llevar la fabricación a una
 mayor especialización, a pesar de que ello diera lugar a una mayor rigidez operativa. Las nuevas tecnologías 
permiten conjugar las dos opciones citadas y además ofrecer una amplia gama de pociones estratégicas,
 pero para pasar a su utilización se requieren importantes desembolsos económicos iniciales. Esto 
implica para los directivos tomar decisiones arriesgadas, que pueden involucrar hasta la supervivencia de la 
empresa.

Es importante estudiar en primer lugar la mentalidad con que va a abordarse la concepción del proceso tecnológico.

Aunque la tecnología del proceso de fabricación tiene diversas interpretaciones generalmente se utiliza este término 
para referirse al conjunto formado por el equipo de maquinaria utilizado, el personal implicado y los procedimientos
 y sistemas de producción empleados por la empresa para fabricar unos productos y producir unos servicios. 
Esta tecnología del proceso de fabricación, a pesar de su complejidad y amplitud, la mayoría de la gente 
la ve en términos sumanente restrictivos. Así, los Ingenireros y especialistas piensan más en los aspectos 
operativos de las técnicas, con lo que se preocupan preferentemente por los detalles de la misma, olvidando 
su control y las implicaciones competitivas.

En cambio, los ejecutivos, debido a sus limitados conocimientos técnicos, no se interesan por los detalles de las 
tecnologías. Al utilizar estos dos grupos distintos lenguajes, es dificil que lleguen a conseguir una buena
 comunicación y entendimiento, lo que puede producir graves errores al seleccionar e integrar un proceso tecnológico 
determinado en un negocio específico.

Dichos errores se pueden solventar si se tiene una visión amplia de la tecnología del proceso de fabricación.

Para dar esta visión se debe examinar el proceso tecnológico desde distintas perspectivas.

 

 

Comúnmente se considera que el proceso tecnológico es dominio exclusivo de dos grupos de especialistas:

 

- Los Ingenieros de producción – son los responsables del funcionamiento y mantenimiento de las instalaciones.

 

- Los Ingenieros de proceso – son los encargados de definir los puestos de trabajo y el flujo de los materiales.

 

Ambos grupos han de trabajar de forma coordinada para alcanzar acuerdos en los detalles del proceso físico.

 

Los Ingenieros de producción, tienen por misión el estudio y utilización de aquellas tecnologías que tienen por 
función 
cambiar las propiedades físicas o la apariencia de los materiales; lo que implica la selección de los procesos 
industriales más adecuados para conseguir la producción deseada, teiniendo en cuenta las primeras materias
 que se utilizarán, los productos a fabricar y la estrategia competitiva a seguir.

 

Los Ingenieros de proceso, les consierne en primer lugar el definir las tareas individuales que se han de ejecutar, 
las secciones de trabajo y el flujo de los materiales. Estos diseñan las hojas de ruta, en la que se especifíca el camino
 que han de seguir los materiales a través de las distintas secciones, y las “hojas de flujo”, que describen la
 secuencia de las tareas específicas y las operaciones de almacenamiento. También se encargan de establecer 
los tiempos parciales y totales del proceso, y de diseñar la forma de ejecutar el trabajo asignado a cada sección.

 

Con estas medidas han de asegurar la continua ejecucuión del proceso de fabricación y desarrollar los métodos 
de mejorarlo. El grupo de procesos se encargará así mismo de la formación del personal y de los sistemas de incentivos.

 

 

El director operativo tiene la tendencia de ver el proceso tecnológico como el medio para alcanzar el volumen 
de producción requerido, para alcanzar las metas programadas. Este punto de vista es esencialmente 
diferente de los especialistas, por ello se precisan diferentes conceptos y técnicas para tratar la tecnología 
a este nivel. Las decisiones que estos directivos toman se clasifican, en tres grupos:

1)                La labor del proceso tecnológico

2)                Su economía

3)                Los problemas clave asociados con la tarea de esta dirección

El director ejecutivo ha de coordinar y controlar los diversos procesos operativos dirigidos por técnicos
 especialistas, ha de conocer y entender los elementos básicos de la tecnología utilizada en la fabricación 
y sus características operativas. Un medio para lograr este objetivo es el desarrollo del diagrama de flujo 
del proceso productivo, para lo que se necesita la identificación de las claves de las distintas fases de dicho 
proceso, los puntos de stock y los caminos de flujo genérico. Para desarrollar estos últimos, uno de los 
sistemas más utilizados consiste en dividir todos los modelos posibles de flujo del trabajo en cinco 
categorías genéricas: proyecto, taller, producción (intermitente y/o continua), ciclos de montaje y flujo
 (intermitente y/o continua).

Estas características fundamentales para controlar los procesos de fabricación, han de tenerse siempre 
en cuenta tanto al planear nuevas producciones de productos, como al ampliar las existencias. 
Olvidar las perspectivas que habrá de abordar el director de operaciones conducirá a errores de planteamiento, 
que influirán negativamente en la fabricación.

El gerente o director general tiene un punto de vista en relación a la tecnología del proceso de 
fabricación completamente diferente de los dos que se han descritos antes, pues ha de implicar en esta 
visión las necesidades de los clientes, las obligaciones financieras y el desarrollo de nuevos ciclos de productos.
 El director general, al enfrentarse con los problemas de proceso tecnológico, está muy condicionado por la 
formación que ha recibido. Si tiene amplios conocimientos de ingeniería, tiende a concentrarse 
preferentemente en los detalles técnicos; mientras que si estos conocimientos son escazos, juzga estos
 problemas superficialmente, de tal forma que cuando se les consultan, evalúan la ejecución solamente 
bajo el aspecto económico, lo que da lugar a incertidumbres.  El director general debe tener un punto de vista 
amplio al considerar el proceso tecnológico, el cual, debe asumir las siguientes perspectivas:

Las estrategias administrativas que el directivo elija, le deben permitir organizar y elaborar todas las 
interconexiones necesarias entre la fabricación, el resto de la empresa y el referente para enteder 
a dónde se encamina ésta,y estar preparada ante una contingencia del mercado.